SOCIUS

 

La metáfora romántica de la burguesía por excelencia (aquí también de la isla), la de los barcos sobre horizontes sublimes, hacia los que se expandía un capitalismo sin límites, se cruza con la acallada historia de un mar que alberga los cuerpos de cientos de desaparecidos, como cimientos ocultos que aún sustentan a una comunidad que no consigue encarar su responsabilidad y que prefiere evitar lo que sin duda ha sido su mayor tragedia. Pero esta relación se muestra desajustada, casi ciega: un salón náutico “de pego”, construido a partir de una colección de cromos, que ocultan emboscada una imagen dolorosa para la isla.

SOCIUS, 2008–10
Fotografía cromogénica
180 x 250 cm
Instalación de diez fotografías montadas en marcos
edición 1 de 1

Socius, un proyecto desarrollado entre los años 2008 y 2010, propone una reflexión sobre la isla y su construcción política, una operación de puesta en comunidad sobre el territorio. A través del análisis de la persistencia de las tensiones sociales en la geografía, desarrolla una especie de estratigrafía de la memoria territorial, un relato que ansía visibilizar en el paisaje las trazas que lo constituyen.

La instalación en la sala es silenciosa y recuerda extrañamente a un salón náutico. Barcos fotografiados desde el mismo lugar a lo largo de dos años, fondeados sobre la llamada fosa de San Andrés (Tenerife) en la que fueron arrojados cientos de desaparecidos entre los meses de julio de 1936 y febrero de 1937. Las imágenes funcionan como una especie de reconstrucción documental, a la vez que constituyen una metáfora de la isla completa.

El proyecto trata de definir un régimen de relaciones que permita operar entre lo aparente y lo decible, entre lo visible y lo invisible, una correspondencia entre las palabras y las formas visibles que proponen una significación por construir. Habrá que demorarse en las imágenes a través de los textos que las acompañan, alargarse en ellas para concretar esta operación. Los textos compilan y cruzan investigaciones dispersas y fragmentadas relativas a la represión en la Guerra Civil en Canarias, con las que reconstruir una imagen perdida, y con ella dar cuenta de una doble supresión: la supresión de una generación comprometida y la supresión de las huellas de su desaparición. Ha sido necesario localizar fotografías, indagar en historiales de barcos fantasmas, señalar rastros en imágenes de propaganda, visibilizar la extensa y efectiva trama nazi y filonazi en Canarias que determinó un previsible final, ya durante la segunda guerra mundial, de la más negra flota de cabotaje del archipiélago.

                                  Roque. Con Oscar observando el devenir pirata de la bahía, 2008.

Todo sucede como si la isla hubiese desplazado su desierto hacia fuera de sí misma. Lo desierto es el océano alrededor. (Deleuze, 2002)

 

Jungla

 

La imagen de los barcos fondeados en la bahía, igual a sí misma a lo largo del tiempo, detenida en los dibujos tácticos navales, en las composiciones románticas de un tiempo arcádico, en las posteriores fotografías del auge industrial y de la expansión colonial, esa imagen es una metáfora recurrente con la que figurar el largo período agrario que comenzó con la llegada de los barcos y se extendió durante siglos sobre la isla. Todo parece volver a esa imagen, percutiendo sobre su significado. Algo invisible, pero sugerido habita en ella, una especie de impasibilidad, una ausencia de turbación que acompaña  siempre a estos barcos.

“Si entendemos el modo de proceder en la isla, esta réplica ha de repetir todos los rasgos esenciales mediante una correspondencia punto-a-punto. Así este “archipiélago fantasma” es una imagen condensada del otro, una extracción que por destilación homeopática lo contiene, lo radicaliza y se muestra tal vez con mayor poder de representación que el propio referente. Cualquier imagen de la isla  debe contener necesariamente esta otra.”

“Encristalados es una metáfora utilizada por el poeta desaparecido Domingo López Torres, que parece anticipar el estado en el que quedarán atrapados los cuerpos y las biografías de los desaparecidos, por acto de la represión franquista, y bajo la aquiescencia continuista de un régimen post-franquista. Todo en Domingo López Torres es anticipador: su ingenua esperanza en un mundo nuevo, la reivindicación de un sesgo social para las artes, su manera de entender el poder subversivo de la cultura, también la sensación de estar suspendido, en vilo, dentro de un desastre.”

“Algunas referencias sobre el papel que jugaron las relaciones hispano-germanas en esos años puede ayudarnos a completar la imagen que estamos tratando de construir. Una imagen trágica de aislamiento y humillación reflejada en los barcos prisión sobre un mar de cadáveres. Una imagen que se completa ahora con la de un grupo de nazis plenamente integrados en la sociedad isleña que por fin pueden desplegar su misión secreta, alimentar a un cardumen de U-boot sumergidos en ese mismo mar, al acecho de los convoyes aliados en el Atlántico.

La información que cierra esta imagen, aunque de manera algo barroca, casi grotesca por excesiva e imprevisible, es la utilización para fines logísticos por parte de los alemanes de los mismos barcos que sirvieron de prisiones flotantes en Tenerife durante la guerra civil. Su nueva vida no es menos desoladora: ahora son enviados al mediterráneo oriental y norte de África para abastecer al DAK (Deutsches Afrikakorps) de Rommel.“

Jungla, 2012
Impresión digital
42 x 29,7 cm
treinta y cuatro pliegos
edición 3 de 3

La misma imagen a través de los días

 

“La clave de la redundancia esencial de la isla la argumentó Deleuze a propósito de un segundo comienzo implícito en la isla abandonada. Escribe: “En principio, es cierto que a partir de la isla desierta no se procede por pura creación sino por re-creación, no un comienzo sino un recomenzar. Es el origen, pero el origen segundo. A partir de ella, todo vuelve a empezar.” Deleuze establece la pauta, cuando señala que el segundo momento no sucede al primero, sino que es su reaparición: “El segundo origen es, por tanto, más esencial que el primero, porque nos da la ley de la serie, la ley de la repetición de la cual el primero nos daba solamente momentos”. De tal forma que la repetición es un nuevo origen, un principio que explica el origen mismo, y que al establecer una secuencia permite entregar un sentido.”

Index,2012
Impresión digital sobre papel baritado
20 x 28,5 cm
Ciento setenta fotografías en veintitrés tiras de papel
edición 1 de 1

Durante la segunda guerra mundial, la organización nazi Etappendienst desplegó desde la casa consignataria alemana Wöermann, en Las Palmas de Gran Canaria, la logística necesaria para armar y avituallar a seis submarinos de la Kriegsmarine que hundieron cuarenta y dos buques aliados en las semanas posteriores a su abastecimiento en Canarias. Todo ello bajo el apoyo y asistencia de las autoridades militares y civiles españolas. Actual edificio Wöermann, un icono arquitectónico de la ciudad, visto desde la posición del petrolero alemán Corrientes, a cuyo resguardo se realizaron las operaciones de abastecimiento frente a la ciudad.

Hasta ahora, 2012
Impresión digital sobre papel baritado
Una fotografía de 110 x 126 cm
dos fotografías de 44,68 x 63 cm
edición 1 de 1

16, septiembre de 2012.

Hola Adrián, llevo unos días dándole vueltas a la sensación que siento al divisar los barcos fondeados frente a la ciudad. Es una imagen que he visto siempre, de la que no creo tener una especial conciencia, simplemente estaban ahí. Ahora sin embargo, cuando me acerco a la ciudad me asaltan realzados. No puedo ya mirar esa parte de la isla y verla ausente, sino monumentalmente cargada, asociada a unos acontecimientos extremos, cualquier barco fondeado frente a ella lo recuerda. No es una sensación de dolor, es algo que se parece al respeto, es como si por fin pudiera sentir una isla completa.
abrazos, Ventu.

Aún, 2012
Impresión digital sobre papel baritado
110 x 126 cm
un folio 29,7 x 21 cm
edición 1 de 1

“La Agüera es una ciudad deshabitada del Sáhara Occidental que perteneció a la antigua colonia española Río de Oro, en el norte de África. Está ubicada al suroeste del cabo Blanco, cerca de la ciudad mauritana de Nuadibú, antigua Port-Étienne. Durante el atropellado proceso de desintegración del África colonial española, La Agüera fue agregada a la provincia mauritana de Tiris al-Gharbiyya, constituida sobre el territorio anexionado del Sahara Occidental. Derrotada Mauritania por las tropas del Frente Polisario, el gobierno mauritano abandonó la zona sur del Sahara Occidental, que fue ocupada rápidamente por Marruecos. Ante las incursiones repetidas del Frente Polisario, Mauritania pidió a Marruecos que renunciara a la ocupación a causa de la estrangulación que sufría su capital económica, Nuadibú, permaneciendo abandonada hasta la actualidad.”

Punto ciego, 2012
Impresión digital sobre poliéster
290 x 150 cm
Díptico + un folio 29,7 x 21 cm
edición 1 de 1

Sesenta y cuatro cromos a partir de tomas realizadas a lo largo de dos años desde un mismo punto de vista de  la bahía. Cromos como los de transporte aéreo que coleccionaba de niño. Un registro ocioso de los barcos que ahora hacen labores de abastecimiento, barcos conocidos, como lo eran los barcos de cabotaje que terminaron formando la más negra marina mercante.

Cromos, 2012
Impresión digital sobre papel baritado
6,5 x 9,5 cm
conjunto de sesenta y cuatro fotografías
edición 3 de 3